Río de Janeiro/Tegucigalpa, DPA
Brasil sólo reconocerá el resultado de las próximas urnas de Honduras si el presidente derrocado Manuel Zelaya recupera su cargo antes de los comicios del 29 de noviembre, advirtió el embajador del país sudamericano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Ruy Casaes.
"El gobierno brasileño no reconocerá el resultado de las urnas en caso de que el presidente Zelaya no haya sido previamente restituido a las funciones para las cuales fue elegido", expresó Casaes, en una entrevista que publica hoy el diario brasileño "Folha de Sao Paulo".
Según el diplomático, la posición brasileña, que es apoyada por varios países latinoamericanos -entre ellos Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela- se encuadra en el marco de las resoluciones de la OEA y de las Naciones Unidas, que reconocen a Zelaya como el presidente legítimo de Honduras.
En un discurso similar al adoptado por Zelaya -quien desde el 21 de septiembre, cuando regresó clandestinamente a Honduras, está alojado en la embajada brasileña en Tegucigalpa-, Casaes acusó el gobierno "de facto" de Roberto Micheletti de actuar "de mala fe" y recurrir a "maniobras dilatorias" para no cumplir el acuerdo firmado en la semana pasada y mantenerse en el poder hasta los comicios del 29.
La advertencia del embajador brasileño fue interpretada por analistas diplomáticos como un gesto de presión adicional sobre el gobierno "de facto", y es una posición más dura que la adoptada hasta ahora por Estados Unidos, que defiende la restitución de Zelaya pero no aclara si reconocerá o no el resultado de las elecciones en caso de que no se reponga al mandatario.
En una entrevista concedida este miércoles en Washington, el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, afirmó que el presidente Zelaya "debería" ser restituido a su cargo, pero afirmó que, tras el acuerdo del viernes pasado, "eso ahora es un proceso hondureño".
El acuerdo entre Zelaya y el gobierno de facto de Roberto Micheletti establece en su quinto punto que será el Congreso hondureño el que "resuelva respecto a retrotraer la titularidad del poder ejecutivo a su estado previo al 28 de junio", es decir, antes del golpe de Estado que provocó la salida de Zelaya.
Sin embargo, hasta ahora el Congreso -controlado por aliados de Micheletti- no ha votado hasta ahora la restitución del presidente derrocado, lo que ha generado preocupación en varios países latinoamericanos, entre ellos Brasil.
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