A cinco días de las elecciones presidenciales, Manuel Zelaya aseguró que la restitución “no se dio porque Estados Unidos renunció a su posición”. Sobre los comicios, consideró que “hay que pronunciarse contra el proceso” porque “tiene una raíz ilegal”.
En diálogo con Página/12, el mandatario derrocado aseguró que “todos pedían la restitución para poder hacer elecciones democráticas, en igualdad de condiciones” pero que esto “no se dio porque Estados Unidos renunció a su posición, cambió su prioridad, apoyó las elecciones sin restitución y esto eliminó las posibilidades de restaurar la democracia hondureña”.
En ese sentido, y en vista de que las elecciones se celebrarán de cualquier manera, Zelaya sostuvo que “hay que pronunciarse contra el proceso, tiene una raíz ilegal y no todos tenemos las mismas posibilidades”.
El presidente dijo que “estas elecciones tienen tres elementos que las hacen únicas: Primero, es la primera vez en América latina que se realizan elecciones después de una dictadura sin un pacto social previo. Segundo, las elecciones se convocan bajo un estado de represión; y tercero, existe un gran temor al fraude electoral. Son elecciones débiles y de ellas saldrá un gobierno débil”.
Sobre cómo deberían actuar los demás países de Latinoamérica, dijo que “además de impugnar las elecciones, vamos a pedir que se anulen” y que “los países que se sumen no van a estar defendiendo solamente los derechos de los hondureños, sino de todos los latinoamericanos”.
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