Tegucigalpa, 29 nov (PL) Las elecciones hoy en Honduras para validar el golpe de Estado del pasado 28 de junio trascurren sin mayores contratiempos y con una escasa asistencia popular a las urnas.
Algunos colegios, sobre todo en las zonas populares, estaban desiertos, mientras que en las puertas de otros era posible contar con los dedos de las manos el número de votantes.
Sólo en centros ubicados en barrios de la élite se hacían filas de personas, que en su mayoría no escondían su desprecio hacia las ideas de corte popular defendidas por el presidente Manuel Zelaya.
En uno de tales centros votó el gobernante de facto, Roberto Micheletti, quien acudió vestido de blanco para hablar de paz a escasas horas de que en un retén militar fuera baleado un joven.
La televisora multiestatal Telesur validó los augurios del presidente Zelaya, quien pronosticó un abstencionismo de más del 50 por ciento.
Algunos analistas esperan que estos sean los comicios con menor participación, en un país caracterizado por la apatía de la población ante la falta de seriedad de sus políticos.
El régimen de Micheletti desplegó más de 30 mil soldados y policías, además de miembros de la reserva, con motivo de las elecciones.
De acuerdo con el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez, 100 por ciento de los efectivos están en las calles y todas las fronteras son patrulladas.
Miembros de la resistencia denunciaron que en las últimas horas antes del inicio de la consulta, las fuerzas de seguridad allanaron viviendas y oficinas de dirigentes populares.
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