Buenos Aires.- El destituido presidente de Honduras, Manuel Zelaya, advirtió que se siente defraudado por el gobierno estadunidense de Barack Obama porque abandonó la lucha por restituir la legalidad en el país centroamericano.
En entrevista con el diario Clarín, Zelaya, quien sufrió un golpe de Estado el pasado 28 de junio, denunció que Obama 'nos ha dejado a la mitad del camino diciendo que su prioridad son las elecciones y no la restitución de la democracia'.
Señaló que se siente 'defraudado', porque 'lo que ha hecho la administración Obama es negociar con los republicanos el nombramiento de dos funcionarios a cambio de dejarnos abandonados'.
Por recomendaciones de la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, dijo, 'fuimos a dialogar con los golpistas, porque ellos tenían como prioridad restaurar el orden democrático, tal como lo había dicho públicamente Obama'.
Recordó que en la Cumbre de las Américas realizada en Trinidad y Tobago, Obama aseguró que no había que pensar en cómo fueron las relaciones de la región con Estados Unidos en el pasado, sino que había que mirar el futuro.
'Nunca pensamos que ese futuro era volver a un pasado ignominioso, la vuelta de los militares al poder, la represión, censura, violaciones a los derechos humanos y la expulsión de un presidente democráticamente electo como ha hecho el golpismo en Honduras', dijo.
Zelaya lamentó que 'para sorpresa mía, se debilitó Estados Unidos y se fortaleció la dictadura, porque me reconocen a mí como presidente, pero atienden actividades del señor Micheletti, y esa es una contradicción muy seria'.
Advirtió, además, que esta posición 'es un mensaje para los otros presidentes de la región. Es como decirles que hay que poner las barbas en remojo, porque si no ya tienen la receta para intentar desestabilizarlos'.
También ratificó que desconocerá al presidente que será electo en los comicios del próximo domingo que fueron convocados por los golpistas.
'Desconocemos estas elecciones, que se realizan bajo el signo del terror. Estas elecciones son una burla para la sociedad. Y el problema es que con los terroristas no se debe nunca negociar, sino que hay que exigirles que cumplan con la ley', expresó.
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