martes, 3 de noviembre de 2009

Cronica del 3 de noviembre, 2009

Por Oscar Estrada

Pasada la alegría inicial del viernes anterior, en donde la firma del acuerdo
Tegucigalpa-San José - Guaymuras nos presentóun final de la crisis, sino inmediato a lo menos posible, se ha ido imponiendo poco a poco la desconfianza sobre la estructura política del país.

El Congreso Nacional nunca ha gozado del aprecio y respeto de la ciudadanía, un ente controlado plenamente por la oligarquía, prisionero de los intereses mezquinos de sus integrantes, ha sido siempre razón de burla histórica entre nuestro pueblo.

"En Honduras vale más una mula que un diputado", dijo hace casi un siglo Samuel Zemurray, magnate de las bananeras de la costa norte y esa afirmación ha calado hondo entre los parlamentarios que comprenden que hay mulas muy caras y baratas,
dependiendo siempre de la necesidad que se tenga de ellas.

Ahora el CN, más que tener en sus manos la restitución de Mel a la Presidencia, tiene la oportunidad de limpiar su desastada imagen, especialmente luego del golpe de Estado que se impulsó desde sus pasillos y salones. "Pido al pueblo hondureños y a los simpatizantes del señor Zelaya, que no me presionen, que no presionen a los congresistas, que estamos en campaña, dijo el presidente del parlamento en relación a la restitución que debió haberse discutido hace 3 días.
Estamos visitando nuestros departamentos y no podemos ir ahora a Tegucigalpa dijo
Velazquez Nassar, secretario del CN, y sus burlescas declaraciones levantaron indignación entre una buena parte de la población que reconoce en su actitud la poca voluntad que tienen los golpistas en cumplir con el acuerdo firmado.

Da la impresión que la estrategia será dilatar la sesión para mediados de esta semana, luego solicitar pronunciamiento a la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y la Procuraduría General, cada uno de ellos tomando varios días para sus resoluciones, con el único fin de extender el tiempo hasta finales de noviembre, días antes de las elecciones, cuando Manuel Zelaya tenga prohibido por ley influenciar en el electorado nacional o hacer campaña por el candidato de la resistencia.

Pepe Lobo tiene en sus manos la solución a esta etapa de la crisis, y lo sabe bien. Busca lograr el reconocimiento internacional a su presidencia, por cuenta que ganará las elecciones de noviembre, pero además sabe que necesita obtener el favor de la resistencia para asegurar un gobierno medianamente estable.

El próximo año el gobierno tendrá que tratar con el estatuto del docente, el
salario mínimo, la crisis económica, el desempleo, las deportaciones más los problemas heredados de la crisis, sabe que si se enfrenta a una resistencia consolidada y en contra de la administración, corre el peligro de no completar su período.
Pero los intereses de los diputados nacionalistas no necesariamente son los mismo a los de Pepe Lobo y ellos puede corresponder a la presión creciente que ejercen tanto las Fuerzas Armadas como los medios de comunicación golpista que amenazan a los
parlamentarios con impedir su reelección si restituyen a Zelaya.

Mel sigue encerrado en la Embajada de Brasil. "Mientras no se resuelva la situación en el Congreso su estatus seguirá siendo el de huesped de la embajada", dijo Micheletti a la prensa. "Nadie puede imponerle un plazo al congreso y ellos son libres de determinar su propia agenta", agregó, recordando que el acuerdo no determina un tiempo para la discusión del tema en el Parlamento.

Luego de la salida de la delegación americana las tropas han vuelto a bordear la sede diplomática ejerciendo nuevamente la tortura sicológica sobre el depuesto mandatario. El ejército aun no militariza las escuelas y la policía vigila de cerca a la Resistencia mientras el fin de semana pasado se reportaron 32 muertes violentas y once secuestros productos del crimen organizado.

La Resistencia ha convocado a una jornada de vigilia indefinida en las afueras del palacio legislativo con el ánimo de presionar al congreso, mientras la sesión se dilata y se dibuja cada vez más clara la burla que los poderosos hacen del pueblo, el temor a nuevas represiones crece.
"Si nos reprimen", me dijo una señora por la mañana, "pero almenos dejarán claro que no
piensan restituir a Mel". No ha habido acción por parte de la policía desde el jueves anterior, pero se teme que en la medida la tensión crezca se generen nuevas violaciones a los derechos humanos.

Hoy llegaron al país los dos últimos integrantes de la comisión de verificación nacida del acuerdo. Jorge Arturo Reina, embajador zelayista en Naciones Unidas, padre de Carlos Eduardo Reina, cercano colaborador del presidente y quien en la actualidad le hace compañía en la embajada y
Lagos, ex presidente de Chile.
Ambos se sumarán a Arturo Corrales, representante de la oligarquía en la comisión, quien además ha formado parte de todas las comisiones nombradas por Micheletti. Su trabajo será asegurar el cumplimiento de todos los puntos en el acuerdo y velar por que los plazos se ejecuten de acuerdo a lo suscrito.
Si Mel no es restituido a la presidencia el próximo jueves, no habrá necesidad de sus ofi cios.
Porque no habrá gobierno de reconciliación y unidad.

La Resistencia busca definir su participación en las próximas elecciones, están seguros serán objetos del más grande fraude de la historia hondureña reciente y temen que al participar legitimarán el proyecto oligárquico del 28 de Junio.
Quienes cuidarán y trasladarán las actas y las urnas, serán las mismas fuerzas armadas que ejecutaron y mantienen el golpe de Estado.
Hay claridad al saber que el proyecto de la izquierda indica que estas elecciones son el entrenamiento necesario para llegar a las elecciones de 2013 con mayor experiencia y preparación, pero temen perder el apoyo popular que las candidaturas han logrado en estos meses.
Mientras discuten la mejor acción a tomar, el tiempo corre y tanto las elecciones fraudulentas se consolidan, como las posibilidades de lograr los votos necesarios se reducen.

Mientras, Washington sigue el juego de los golpistas asegurando que reconocerá las elecciones generales y que no es de su interés el presionar la voluntad del congreso. La excusa que la administración Obama necesitaba para legitimar el golpe de Estado se la dio la Comisión al firmar
el acuerdo, ahora piensan usarla y lo más probable será que, a pesar de la no restitución de Zelaya en la presidencia, el nuevo presidente contará con el respaldo de amo imperial del norte.

¡NO PASARÁN!
Oscar Estrada

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