Tegucigalpa, 14 nov (PL) Las críticas al papel desempeñado por Estados Unidos en la crisis desatada por el golpe de Estado en Honduras son cada vez más duras y llegan a acusaciones de complicidad para consolidar al régimen de facto.
Incluso el presidente Manuel Zelaya, derrocado el 28 de junio pasado, dejó a un lado el lenguaje diplomático y acusó ayer a la administración de Barack Obama de regresar al pasado de apoyo a los golpes militares.
El estadista sostuvo reuniones a lo largo de los últimos cuatro meses con las principales autoridades norteamericanas, que en público afirmaron defender la restitución de Zelaya en su cargo.
No obstante, funcionarios del Departamento de Estado en sus últimas declaraciones han puesto el énfasis en la celebración de las elecciones del próximo día 29, rechazadas por los sectores antigolpistas de Honduras.
Nos han dejado a la mitad del río diciendo ahora que su prioridad son las elecciones y no la restitución de la democracia, dijo Zelaya a la emisora costarricense ADN Radio, en declaraciones citadas por la prensa de Honduras.
El presidente Barack Obama nos ofreció en Trinidad y Tobago a todos los presidentes de América que él era el futuro, que íbamos a ver un Estados Unidos diferente, recordó Zelaya, de acuerdo con el diario La Tribuna.
Pero hoy -subrayó- han dejado de ser el futuro para ser el pasado nuevamente, el de los golpes de Estado, de las elecciones impuestas, de los fraudes electorales.
El Frente Nacional contra el golpe de Estado, que lidera la resistencia popular contra el gobierno de facto, en su último comunicado condenó el intento de Estados Unidos de legitimar la asonada militar mediante los comicios.
Denunciamos la actitud cómplice del gobierno de Estados Unidos que maniobró para dilatar la crisis y ahora muestra su verdadera intención de validar el régimen golpista, afirmó en el texto.
Apunta que el interés real de Washington es "asegurar que el siguiente gobierno sea dócil a los intereses de las compañías transnacionales y su proyecto de control regional".
El Frente, una alianza de los sectores populares y partidos antigolpistas, anunció que desconocerá los resultados de los comicios, al considerarlos una farsa para asegurar la continuidad del poder de la oligarquía.
No obstante, aclaró que no cejará en la lucha por lograr la restitución del orden democrático roto por los militares, la reposición de Zelaya y la convocatoria a una asamblea nacional constituyente.
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