viernes, 30 de octubre de 2009

EN HONDURAS LAS PAREDES HABLAN

Roberto Sosa

A las 5 y 30 de la madrugada del día domingo 28 de junio (junio negro) bajo la última luz del primer lucero del alba, llamado Nixtamalero, el sonido de balazos, de incontables balazos, me sacó del sueño, y, acto seguido Radio Globo anunciaba que el Presidente de la República de Honduras, Manuel Zelaya Rosales había sido secuestrado llevado al aeropuerto denominado Toncontín y trasladado, en ropa de dormir, a San José, capital de Costa Rica. Por cierto que, la verdad sea dicha, la nave aérea en la que viajaba aterrizó en Palmerola, base militar norteamericana, en donde solicitó grabar un mensaje mediante el cual señaló a los responsables del golpe militar, al que los golpistas han bautizado con el nombre de sucesión presidencial.

Mel, síncopa cariñosa, había sufrido un golpe militar hecho con las tres agravantes de la ley: premeditación, alevosía y ventaja. Vinieron a mi memoria los recuerdos de la década de los 80s: desaparición forzada, crimen selectivo, persecución económica y laboral, operaciones llevadas a término por el escuadrón 3–16, dirigidas por criminales profesionales tales como Gustavo Álvarez Martínez y Billy Joya, maestros de la muerte compurarizada. Vale la pena apuntar que en esa década perdida a mi poesía la habían calificado de subversiva y antimilitarista. La verdad sea dicha en ese tiempo fui objeto de atropellos en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Durante un año no recibí el sueldo correspondiente a mis labores en calidad de catedrático. A final de ese año lectivo fui separado de mi cátedra y fui obligado a firmar un documento mediante el cual me comprometí a no volver a ejercer ningún cargo dentro del Alma Mater.

El autor de este atropello se llama Oswaldo Ramos Soto, conocido con el nombrete de Rata Gorda. En lo tocante a los sucesos derivados del golpe militar del 28 de junio de 2009, amigos cercanos me aconsejaron que era prudente salir del país, y, así las cosas, me trasladé a Managua, ciudad desde donde me enteré, el alma en vilo, de que había asumido el poder el monstruo bicéfalo Vásquez–Micheletti, cubierto por el paraguas verde de la empresa privada, en unidad indisoluble instalaron una dictadura de corte fascista, traducida en persecución y muerte, golpizas y violaciones a mujeres, toques de queda y asalto a mano armada al Canal 36 y Radio Globo, únicos medios de comunicación al servicio de la verdad circundante. Pero en medio de esa orgía de sangre surgió la Resistencia Pacífica, vale decir, las marchas de una multitud indignada extendida en los cuatro puntos cardinales de la dulce Hibueras, Honduras.

Durante mi estadía en Nicaragua pude conversar con Mel y puedo afirmar que es un ser tocado por una solidaridad a prueba de golpes bajos y dotado de una palabra anti–retórica, sin pretensiones cultas, subrayada por una amistad instantánea, el corazón en su sitio, lo contrario de lo que piensan sus enemigos de oficio posee el don de una inteligencia abierta, y, cosa especial, es amigo de la poesía. En realidad tuve pláticas cortas con Mel. En una de esas oportunidades la manifesté que me habían solicitado un breve ensayo sobre la situación actual de este país a lo cual él me respondió que no me olvidara de comentar la persecución política e ideológica, y de enfatizar que el golpe militar se enmarcaba dentro de una posición de corte nazi–fascista. Agregó que admiraba mi trabajo literario. A una consulta sobre la posibilidad de editar un libro que es denominado Enciclopedia Morazánica, me contestó que a su regreso se llevaría a cabo ese proyecto. En una rueda de amigos
que se realizaba en la Embajada de Honduras en Managua, le oí decir: ––Soy un demócrata convencido y trataré de concretar mis convicciones a favor de los pobres de mi país. Estas ideas han servido para que me hayan calificado de comunista, socialista y de loco. A mi equipo de trabajo le llaman mis secuaces y nos acusan de que nunca hemos trabajado.
Mel se veía cansado, pero optimista al grado tal de que hacía comentarios ligeramente irónicos de su situación de expatriado.

Regresé a casa a finales de julio, casi con miedo. Pude ver, tocar, oír que las paredes hablan. En los muros de las ciudades se leen frases y oraciones tales como Urge Mel, Viene Mel, Fuera Goriletti. Cardenal golpista. Cardenal 666. Evelio Reyes pistero. Fuera gorilas. Adelante, adelante, la lucha es constante. Contra el golpe militar, resistencia popular. Queso para las ratas del Congreso. Haga patria mate un turco. www.cardenal.asesino.com. Estas frases y oraciones señalan con índice de fuego las siete cabezas de la hidra golpista, a saber: el general Romeo Vásquez Velásquez, (egresado de la Escuela de las Américas), el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Elvin Santos Ordoñez, Carlos Flores Facussé, (la eminencia gris de la asonada), Ramón Abad Custodio López, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Ricardo Maduro, ex–presidente de honduras, de nacionalidad panameña y Roberto Micheletti, alias Goriletti, genial apodo inventado por Hugo Chávez Frías.

No deben pasar inadvertidos, no deben quedarse en el tintero, los nombres del los mass media desde donde la canalla escritora defiende como gatos panza arriba los antivalores que sustentan la lumpen burguesía nacional entronizada en la cúspide del poder económico y político, a saber: H.R.N., RADIO AMÉRICA, Radio Cadena Voces, los canales televisivos 3, 5, 7, 8, 10; los diarios EL HERALDO Y LA PRENSA. Estos medios de comunicación han sostenido un papel preponderante en el golpe militar del 28 de junio. La posición sinuosa de la política norteamericana ha comenzado a ceder, aparentemente, en lo que se refiere al calificativo de golpe de estado de orden militar. Ha abandonado la adjetivación inútil relativa a imprudencia y temeridad la intención de Mel Zelaya de volver a Honduras. Las líneas paralelas Obama–Clinton jamás juntarán.

La democracia en Honduras, la veo como un horizonte lejano, una utopía y sus tablas de tablas de ataúd. Excepto sí el legítimo Presidente retoma el poder, cosa difícil.

Sobre la crisis derivada del golpe militar se ha levantado una toma de conciencia de clase centrada en las mayorías históricamente humilladas y ofendidas por una élite desnacionalizada integrada por 10 familias de predominio árabe, entronizadas en el vértice de la pirámide social desde donde hacen y deshacen a voluntad propia.

La resistencia la integran obreros, maestros de primaria y secundaria, campesinos que han viajado a pie, con los zapatos rotos, hambrientos y quemados por el sol hasta arribar a las urbes principales de Honduras: Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Santa Rosa de Copán, El Progreso, supuesto lugar de nacimiento de Roberto Micheletti Bain, porque se dice en voz baja que es un hondureño agregado y que nació en Sicilia. Pero volvamos a la Resistencia, sus componentes humanos exclaman todos a una Urge Mel, Viene Mel, entonando las letras de las canciones siguientes:


NOS TIENEN MIEDO

Nos tiene miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

porque no tenemos miedo no tenemos miedo

están detrás, van para atrás, piensan atrás,

son el atrás, están detrás de su armadura militar,

nos ven reír, nos ven luchar, nos ven amar,

nos ven jugar, nos ven detrás de su armadura militar.

Nos tienen miedo porque no tenemos miedo,

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

nos tienen miedo porque no tenemos miedo

están atrás, van para atrás, piensan atrás,

son el atrás están detrás de su armadura militar

nos ven reír, nos ven jugar, nos ven detrás

de su armadura militar.

Nos tienen miedo porque no tenemos miedo,

nos tienen miedo porque no tenemos miedo,

nos tienen miedo porque no tenemos miedo.



HIMNO DE LA RESISTENCIA

Desde el centro de América un pueblo que despertó

porque marcó la senda hizo una revolución

ahora nos quieren callar, nos quiere sacrificar

porque a fuerza de balas le quitaron su libertad.

Una madrugada de gorilas y terror

secuestraron al presidente y violan la constitución,

contra el golpe militar resistencia popular

pues no podrán vencer al gran pueblo de Morazán.

Honduras el pueblo está contigo

Honduras un pueblo que no calla

Honduras resiste la batalla

a que vuelva aquel que no te falla.

Honduras el pueblo está contigo

Honduras el pueblo que no calla

Honduras resiste la batalla

a que vuelva aquel que no te falla.

Honduras el pueblo está contigo

Honduras un pueblo que no calla

Honduras resiste la batalla

a que vuelva José Manuel Zelaya.

Los pueblos del mundo somos una sola voz

gritan viva Honduras y viva su revolución.

vamos todos a luchar, vamos juntos a pelear

para que José Manuel Zelaya vuelva ya

Honduras el pueblo está contigo

Honduras un pueblo que no calla

Honduras resiste la batalla

a que vuelva aquel que no te falla.

Honduras el pueblo está contigo

Honduras un pueblo que no calla

Honduras resiste la batalla

a que vuelva José Manuel Zelaya.



El Presidente depuesto, a partir del golpe de estado, ha mundializado la palabra Honduras, país antes inédito.

Mel ha declarado públicamente que volverá a su tierra natal, a riesgo de perder la vida, aunque se desplome el cielo. La resistencia sigue en pie día tras día y noche tras noche. Ya veremos.

El día 21 del mes que corre arribó a Honduras el Presidente legítimo y se alojó en la Embajada del Brasil, bajo la protección de la Resistencia Pacífica. Hoy día 22, las Fuerzas Armadas, la Policía y las fuerzas paramilitares dispersaron a una multitud que resguardaba la seguridad del Presidente y de su familia. Romeo Vásquez Velázquez y Micheletti han ordenado la toma de la Embajada del Brasil, actividad que la llevan a cabo con más de 400 soldados provistos de armas de grueso calibre, tanquetas con agua mezclada con ácidos, bombas lacrimógenas y aparatos de sonidos estridentes con el fin de producir daños auditivos. A estos actos debe agregarse la destrucción de automóviles de propiedad privada, acompañados de desmantelamiento y saqueo por parte de las fuerzas represivas.

El COFADEH (Comité de Familiares de Detenidos, Desaparecidos en Honduras) ha sido allanado. La intervención de asesores militares israelíes y del Opus Dei ha sido denunciada por los medios de comunicación tales como Radio Globo y Canal 36, medio televisivo que ha sido sacado del aire. El gobierno usurpador ha decretado toques de queda durante 24 horas continuas. La represión se extiende por todo el territorio nacional. Se informa que hay varios muertos y heridos.



SEGUNDA PARTE

Ahora que recuerdo cuando estuve de visita en la república de Israel en el año 1988, durante un conversatorio entre escritores latinoamericanos y representantes del ejército, pregunté: ––¿Es Israel una estrella yankee en el desierto? ––Sí, respondió el alto militar, pero no queremos serlo. Agregué ––He sabido que en su país se cultivan las flores en todas las estaciones del año. ––Nosotros proveemos de las más bellas flores a Europa. Es un privilegio. A renglón seguido le pregunté: ––¿Le venden armas a Latinoamérica? ––Sí, dijo. Porque si les vendiéramos confites ganaríamos muy poco dinero.

Del golpe militar–oligarca se ha desprendido una jerga técnica ajena al uso del español común y corriente hablado y escrito: gases selsum 132, Scramer, poderes fácticos, terrorismo informativo, guerra sicotrónica, cañón sónico, guerra mediática y duchas nazis. El uso continuo de estos términos lingüísticos luciferinos obligará a los señores de la Academia de la Lengua a concederles, tarde que temprano, carta de ciudadanía en la república de las letras.

Debo insistir que los altos jerarcas de la Iglesia Católica y de la Protestante están ligados al golpe militar, leamos sus nombres: Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Oswaldo Canales y Evelio Reyes. Sin embargo existen sacerdotes limpios hasta la pared de enfrente, que mantienen una calidad humana a prueba de balas vivas frente al crimen político militar. Sus nombres son: Andrés Tamayo y Monseñor Luis Alfonso Santos, Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán.

El legítimo presidente de la República, Manuel Zelaya Rosales, ingresó a Honduras el 21 del mes de septiembre, mes de la Patria. La forma de su llegada al suelo patrio es un misterio. Excepto Mel, nadie lo sabe a ciencia cierta. La embajada de la República Federativa del Brasil le concedió refugio indefinido. De inmediato las fuerzas armadas acordonó el perímetro de la Embajada. La última medida tomada por la policía y el ejército consiste en contaminar la atmósfera interior por medio de la aplicación de gases y ruidos ensordecedores de pronóstico reservado y de daños a la salud de carácter irreversible.

Desde ese sitio de asilo Mel ha sostenido que su propuesta básica es el diálogo con el objeto final del rescate de la democracia y de su reinserción en el poder presidencial. Pero esa visión de mundo para los representantes del poder de facto carece de sentido. La verdad y nada más que la verdad sea dicha, los dueños del mando ejecutivo sólo entienden, puntuales y brillantes, la precisión mecánica del crimen, y como se ha venido diciendo, los seduce el viejo escándalo de la sangre.

Viéndolo bien, desde esta ventana que da al cielo estrellado, se advierte que la base y el vértice del triángulo equilátero del gobierno de facto, envuelto por la mendacidad, tiene su descanso sobre las puntas de las bayonetas. Desde ese sitial privilegiado se callan las noticias que giran en torno a muertos y heridos, se ignoran disparos a la multitudinaria resistencia y al secuestro y encierro de jóvenes en campos de concentración ubicados en centros deportivos. Lo que muestra y demuestra que los dirigentes y dirigidos del poder de hecho y no de derecho, creen a pie juntillas que una mentira repetida hasta el cansancio adquiere la forma de la verdad.

Empero hacia el fondo de ese panorama desolado, la esperanza, la más alta de las virtudes teologales, ha izado su bandera. El pueblo hondureño ha despertado. En los muros de las ciudades las consignas han cambiado: Ya vino Mel. Mel amigo, el pueblo está contigo. Mel aguanta, el pueblo se levanta. Constituyente sí, elecciones no. ¿Dónde está el pueblo?, el pueblo está en la calle. Es decir, en Honduras las paredes hablan.

A pesar del poder de las palabras escritas en los espacios, el régimen de facto ha emitido un decreto consistente en una limitación de las libertades públicas, tales como la libre locomoción, la libertad de prensa, libertad de reunión, garantías individuales y colectivas, el derecho a disentir, amén de escribir en contra de las personalidades que detentan el poder. El referido decreto está amparado por la razón de que ha sido publicado en el Diario la Gaceta, lo cual le confiere fuerza de ley. El estado de sitio realizado a través de continuos toques de queda a voluntad estatal durará 45 días. Los 112.492 kilómetros cuadrados del territorio nacional están ocupados por las fuerzas militares y policiacas. Honduras es un país por cárcel.

Desde U. S. A., Jonh Dimitri Negroponte, la mirada a punto de congelación, contempla la coronación de la muerte.


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