23 de septiembre, 2009
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, denunció hoy ante la comunidad internacional la crisis institucional en Honduras y la situación de asedio que sufre la embajada de su país en Tegucigalpa. Al hablar en la Asamblea General de la ONU, dijo que sus instalaciones carecen de electricidad desde hace dos días, por su cercanía a un canal televisivo que reportaba la represión de los manifestantes y el regreso del presidente constitucional Manuel Zelaya al país centroamericano.
Precisó, no obstante, que el inmueble ha tenido mejor suerte que la embajada de Brasil, a la que el gobierno de facto ha cortado la luz y el agua, por albergar al mandatario depuesto. Hechos similares contra delegaciones diplomáticas, añadió, no ocurrieron ni siquiera durante las dictaduras de Chile y Argentina.
“Si no construimos y diseñamos una estrategia multilateral que haga retornar la democracia a Honduras, que ponga en ejercicio efectivo el respecto a los derechos humanos, que asegure que haya elecciones libres y democráticas, se crearía un severo precedente en la región”, recalcó Fernández.
Una región, en la que existieron interrupciones de la democracia durante décadas que costaron la vida a miles de latinoamericanos, subrayó.
Fernández apeló a la comunidad internacional a salvaguardar los dos valores básicos que ha logrado la región, la democracia y la vigencia de los derechos humanos, e insistió en que el multilateralismo no debe tener doble raseros.
“Estamos ante un golpe cívico-mediático que ha sido cuidadosamente disimulado o minimizado”, sostuvo la presidenta argentina.
Agregó que este golpe tiene un sesgo negativo frente al advenimiento de los gobiernos populares y progresistas en la región.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, denunció hoy ante la comunidad internacional la crisis institucional en Honduras y la situación de asedio que sufre la embajada de su país en Tegucigalpa. Al hablar en la Asamblea General de la ONU, dijo que sus instalaciones carecen de electricidad desde hace dos días, por su cercanía a un canal televisivo que reportaba la represión de los manifestantes y el regreso del presidente constitucional Manuel Zelaya al país centroamericano.
Precisó, no obstante, que el inmueble ha tenido mejor suerte que la embajada de Brasil, a la que el gobierno de facto ha cortado la luz y el agua, por albergar al mandatario depuesto. Hechos similares contra delegaciones diplomáticas, añadió, no ocurrieron ni siquiera durante las dictaduras de Chile y Argentina.
“Si no construimos y diseñamos una estrategia multilateral que haga retornar la democracia a Honduras, que ponga en ejercicio efectivo el respecto a los derechos humanos, que asegure que haya elecciones libres y democráticas, se crearía un severo precedente en la región”, recalcó Fernández.
Una región, en la que existieron interrupciones de la democracia durante décadas que costaron la vida a miles de latinoamericanos, subrayó.
Fernández apeló a la comunidad internacional a salvaguardar los dos valores básicos que ha logrado la región, la democracia y la vigencia de los derechos humanos, e insistió en que el multilateralismo no debe tener doble raseros.
“Estamos ante un golpe cívico-mediático que ha sido cuidadosamente disimulado o minimizado”, sostuvo la presidenta argentina.
Agregó que este golpe tiene un sesgo negativo frente al advenimiento de los gobiernos populares y progresistas en la región.
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